Historia de la paciencia de un repositor de supermercado chino ayudada por el consumo descontrolado de psicotrópicos de preferencia

sábado, 2 de julio de 2011

(siete)


DE CÓMO SE RETOMA EL HILO NARRATIVO DESPUÉS DE DOS POSTEOS EN LOS QUE LOS AUTORES DECIDIERON DEDICARSE A DELIRIOS CIRCUNSTANCIALES EN LUGAR DEL AVANCE DE LA HISTORIA.







Muchacho... reponde... muchacho...

Eh

Yo habla con usté

Me estoy yendo don

Yo habla con usté

Vos sos el que no entiende, viejo forro, no me repitá la cosa

Tiene que pasa mejol escoba

Te juro aue si no fuera porque caigo en cana te mataba

Acomoda paquete

Te hago una enema de caramelo

Limpia vidlio

Te llevo al fondo y te agarro a lo golpe con una bolsa de cebolla llena de lata de tomate

Cambia plecio viejo

Te meto tré cuetazo y te largo por la picadora de carne

Leva paquete malo a la ofelta

Decí que ando abombado que si no

Trae caramelo

(...)

Listo don?

(...)

¡Mañana llega templano!

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Camino a casa. Sábado a la noche. Y la fiebre que no viene. Que se perdió hace rato.

El Sol de Oriente en la noche. No dejan ninguna luz prendida. Ni las del frente, ni las del fondo, ni las de adentro. Ni siquiera el zumbido de las heladeras habita el galpón. Las apagan. Todas las noches las apagan. La semana que viene oferta de fiambre y leche, clavado.

El Sol de Oriente en la noche. Un desarmadero. Un ex supermercado.

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Cuatro cuadras a pie, mano a mano con el frío. Bah, yo creo que tengo frío. Las manos empalidecen y me cuesta un poco más moverlas. Eso debe ser frío. Yo no lo siento. El entumecimiento que viene de adentro le gana al que viene de afuera.


Doy vuelta a la última esquina. Parece que la helada le está ganando al sábado.


La puerta de mi casa. La puerta de cualquier casa. Tan mía como la mía.

En el picaporte encuentro trabado un papelito. No tiene nombre. Pero comprendo. No sé si es que reconozco la letra o si hay una sola persona en el mundo que en este momento podría escribirme una nota así. Tampoco me importa demasiado, a esta altura, en este estado. Simplemente me dejo ganar por la situación, por la inercia, por el frío, por el sábado, por los efectos colaterales, por la imagen del chino sermoneándome, por la necesidad de hacer algo para no hacer nada, que algo cambie para no cambiar jamás (me gusta Fito como me gusta Charly: casi todo hasta el 95)


"Venite

Hay asado"